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María Clara Rambao Almanza

Cereté Colombia

Latido sin cuerpo


Una esperanza habita en mi pecho

como una cesárea programada,

aguarda el asalto de la casualidad

o el fulgor de unos ojos

que revivan la definición del amor.


Entre la maraña de gestos efímeros,

conduzco mi cuerpo

y me precipito en brazos ajenos.

Acerco mi rostro a su mejilla

y cierro los ojos:

soy hierba muerta.


Los segundos pasan sin piedad.

Intento responder a su pasión visible,

pero convulsiono como un moribundo,

incendio la cama

que nos arrastra

a la madriguera de la fecundidad.


No decimos palabra.

Solo el silencio inunda la habitación.

El desnudo que me acompaña

se desvanece en las sábanas.


Solo el insomnio y yo

nos hacemos compañía.

No existe otra definición:

esta unión es un fracaso más

del destino.



Piel y cristal


De pie, frente al espejo,

observo mi cuerpo desnudo.

Descifro cada parte

como quien busca con los ojos vendados:

una costilla se asoma

en el abdomen que siento

a punto de estallar.

Los senos menguan

como un ciclo lunar en retirada,

y el ombligo duerme bajo el tacto.


El cuerpo que veo

se parece al de mi madre:

a esta edad,

sus órganos ya se habían rendido

ante la mancha de la reproducción.


Yo, en cambio,

con una cicatriz junto al nicho del deseo,

me muevo,

me vuelvo líquida, 

trato de ajustarme al recipiente

que formé con expectativas:

dos marcas cerca de la pelvis

dibujarían la cintura perfecta.

Un trazo entre el abdomen y la espalda

crearían el vientre prometido.


Pero, no,

estoy frente a mi cuerpo,

sin palabras,

acorazada por la extraña algarabía

que refleja

la imperfección

de otro objeto.



El reloj gotea mango


Abre su boca

con la lentitud de los años,

abraza suave

la dulce fruta de su niñez,

hilvana lo que el tiempo se llevó.


En esa escena de infancia,

ella saborea el objeto

con una conexión profunda

como con el pecho de su madre.


La carrera de la vida

se llevó sus dientes.

Su boca

aprisiona el instante de ayer.


En ese juego incesante,

mi viejita olvida

los detalles del mundo,

pero no

las inolvidables tardes

que gozaba

del fruto fértil del Sinú.


RESEÑA BIOGRÁFICA MARÍA CLARA RAMBAO ALMANZA


María Clara Rambao Almanza nació el 1 de octubre en Cereté, Córdoba, hija de Yaneth Almanza y Carlos Rambao. Es licenciada en Lengua Castellana, magíster en Educación de la Universidad de Córdoba y actualmente cursa el doctorado en Formación en Diversidad. Su escritura nace del dolor y la existencia, iniciada tras la pérdida de su hermana en 2018.


Con una obra marcada por la intimidad y la resiliencia, ganó el concurso Talento Unicórdoba en 2022 con poemas inéditos presentados bajo el seudónimo Claraluna. Desde 2023, ha sido parte del Encuentro de Mujeres Poetas, un anhelo de infancia hecho realidad. En 2025, obtuvo el primer lugar en el Concurso Nacional de Escritura en la modalidad de crónica.


Actualmente se desempeña como docente en la Escuela Normal Superior del Alto Sinú, donde siembra cada palabra como una semilla cargada de sentido. Su vínculo con el territorio que habita —por su fuerza, su historia y su gente— nutre profundamente su quehacer pedagógico y poético. Además, desde el grupo Ángeles Clandestinos, continúa apostándole a la poesía como camino de transformación social y personal.

 

 

María Clara Rambao Almanza
fundacioncantemos@gmail.com 3 de septiembre de 2025
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Bogotá Colombia