La infancia en un charco de agua
entre paréntesis
volverá a ver florecer su madrugada
unas manos de azogue se le escurrirán
por el estómago
inventará una casa de cuatro paredes
sin limites
jadeante o periférico
conocerá lo prohibido
¿por qué no?
será banquete de muchachos
nefando y sacro
verá en un charco de agua
su rostro
por primera vez
su rostro
de amador
herido.
El niño no sabe del juego entre heliconias y turpiales
El niño no conoce la piedad.
Pronto conocerá la derrota.
No sabe del silencio. No le interesa el deber cumplido.
No puede tragarse su sangre.
No aguanta un golpe más en la cabeza.
Entonces el niño se va a un bar a prodigar los sexos
en unos ojos ansiosos
fuma otro cigarro más con hastío
trabaja de sol a sol
su pan amargo,
bebe sus aguas turbias.
Sus pasos conducen al fondo del miedo
en el fondo del miedo,
lo asiste
otro vacío.
De hambruna se podrá hablar en otras casas
porque en esta mesa nos hastiamos
nos herimos
nos hicimos clase horadada
y secretamente melancólica.
Por ello, no irrumpas, hijo, en mis manos fatigosas
que se agrietan a fuerza de tiempo.
No me mueras, hijo
que tu vejez es la mía
no embalsames tu cuerpo roído
de amor y disputa
en esa esquina
pues nadie es olvidado en la víspera.
RESEÑA BIOGRÁFICA.
Sebastián Barbosa Montenegro, licenciado en filosofía. Aparece en diversas antologías nacionales e internacionales. Su primer libro se titula Este no es tiempo de fervor (2019) por el Taller Blanco Ediciones. Ha publicado en revistas y suplementos culturales universitarios. Se ha dedicado a la gestión cultural y la escritura creativa. Es cofundador del programa cultural Poetas en vela. Es uno de los ganadores del Premio Nacional de Poesía Inédita de la ciudad de Cali (2023).