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María Beatriz Fiotto

España
13 de septiembre de 2024 por
María Beatriz Fiotto
fundacioncantemos@gmail.com
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Fuimos a la isla


en la tarde sofocante

de las vacaciones

habías renegado

con tu malla del verano anterior

hasta que te pusiste mi bikini

que ya te queda bien

te vi desde la penumbra de los árboles

yendo al río marrón.

Me acerqué a hacer fotos

y te vi

tu cuerpo a contraluz, despertando

entre el negro de las sombras

y el dorado y plata del río

y sus destellos.

Tu piel bronceada y agradecida

hablabas feliz con mis amigas

como una mas

mientras tu hermano y yo

jugábamos a las cartas.

Un rato después

también él fue al río

quiso que lo acompañe

se sacó la remera

y su collar de colmillo

luego me pediría que escriba un cuento

sobre él

- ¿y que querés que diga?

- Como vos me ves

me contestó


él también mudó su cuerpo.

Mientras esperábamos la lancha

para volver a casa

la noche regaló luciérnagas

no las veía desde que tenía tu edad

y fue maravilloso.


Cuerpo de agua


Verdes partículas incandescentes

verde rumor de ranas

el agua canta sutil, serena

se balancea, cuna verde donde duermen

nenúfares y camalotes

los lirios se arquean hacia el agua.

Miríadas de insectos espesan el aire

vaporoso de estelas verdes

ligeras libélulas

levantan remolinos a contraluz

fiesta discreta

rumor de danza

húmedos los helechos

acarician los pies

algunos tréboles finísimos

se enredan en los dedos.

El musgo de los bordes del estanque

retiene la huella verde

despierta el agua por un instante

y se aquieta

abriga de calma

los movimientos de pies y brazos.

Bajo la superficie

los oídos participan del ensueño,

en la pesadez del agua tibia

todo se vuelve lejano, incierto

el tiempo se detiene

la sedosa viscosidad del agua,


de la luz refractada

fragmentada

como un recuerdo

que anida en todo

y que ocupa

el cuerpo verde de luz, ingrávido

y lo devuelve en su abrazo

al vientre del agua.


Cuelgan los banderines


multicolores

sus picos alineados

zigzagueando el espacio.

Lámparas verdes, rojas,

azules y amarillas,

destellos de luz

intensificados por la noche.

Todo está dispuesto y mudo

la soledad es aquí

un aire denso

que habita una multitud

de miradas,

provenientes de los objetos

abandonados.

Ausencia tibia, nueva.

Los relojes ya lo dijeron

y ahora callan.

Una flor sobre la mesa,

saciada, fresca,

suspira su perfume.

En ella, encerrada,

toda la fiesta.


María Beatriz Fiotto Parada.

Española, reside en Rosario, Argentina. Docente, fotógrafa y escritora. Estudió letras en

la Universidad de Rosario. Publicó “Diálogos poéticos” en conjunto con Victoria Fabre,

prologado por Claudia Masin. Autora del libro “Todo eso”, declarado de interés por la

Cámara de Diputados de Santa Fe, Argentina. Tiene publicaciones en varios medios

digitales como periodicosirreverentes.org, el semanario las nueve musas, el vuelo de la

lechuza, el blog los espejos de atenea. Desde 2021 realiza reseñas literarias para el

observador radial.

María Beatriz Fiotto
fundacioncantemos@gmail.com 13 de septiembre de 2024
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