Uno
La rana que yace boca arriba
en mitad de la carretera
no será llorada por nadie.
¿Será acaso la Rana de Monterroso
que quería ser auténtica?
Dos
Cuando un escritor se cree rana
salta encima de cualquier reconocimiento,
sube del páramo a la sabana
y baja de la sabana al páramo,
aprende habitar en charcos poco profundos,
varía de sacos como un anfibio.
Olvida sus hábitos nocturnos
mientras croa en su pozo
y usa el agua como una cámara de eco
que lo estremece haciéndolo sentir minúsculo
en el basto mundo de la noche.
Ahora presume de poéticas o variaciones
en su pequeño mundo entrañable.
Tres
Quien escribe sobre la rana de otro escritor le faltan animales propios que lo lleven
al
Abismo.
También le faltan bordes y alas y cantos de sirena
que lo amarren a una locura.
(Luz Janneth Guzmán Aldana)