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✨ **¿Cómo leer a Rómulo Bustos?**

Claves para entrar en una poesía filosófica y sensorial

Leer a Rómulo Bustos Aguirre es embarcarse en un viaje. No es una poesía que se entrega a primera vista; Exige una pausa, una relectura, una disposición tanto de los sentidos como del pensamiento. Su obra, una de las más importantes de la poesía colombiana contemporánea, se emerge en la fascinante confluencia entre la reflexión filosófica, la ciencia y una profunda exploración de lo sensorial.

Sus versos dialogan con la mística, la historia y lo sagrado que habita en lo cotidiano, creando un universo denso y deslumbrante que a veces puede parecer complejo. Pero, ¿cómo entrar en su obra? ¿Cuáles son las claves para descifrar esa aparente dificultad y acceder a su inmensa belleza?

En esta entrega de nuestro blog ARTBOL, proponemos un mapa de lectura. Exploraremos tres claves fundamentales para navegar su poesía y abrir las puertas a su mundo.

Esta es una invitación a "pensar la poesía", un ejercicio que tenemos el privilegio de compartir con el maestro Rómulo en nuestro taller "Pensar la Poesía 2" , que está en desarrollo.

Y para aquellos que deseen comenzar este viaje desde el principio, tenemos una excelente noticia: el curso completo del año pasado, "Pensar la Poesía Nivel 1" , ya se encuentra disponible en nuestra plataforma de manera totalmente gratuita. Solo es necesario inscribirse para acceder a todas las sesiones grabadas.

Acompáñenos en este recorrido.


Las Tres Claves para Leer a Bustos


1. El Diálogo con el Pensamiento: La poesía de Bustos no teme ser inteligente. Sus versos están en constante diálogo con la filosofía (desde los presocráticos hasta Spinoza), la ciencia y la metafísica.. Leerlo es aceptar una invitación a pensar en las grandes paradojas: el ser y la nada, lo visible y lo invisible, la certeza y la duda. No busca dar respuestas, sino formular preguntas esenciales a través de un lenguaje poético de alta precisión.

2. La Construcción de un Universo Sensorial: A pesar de su densidad filosófica, el universo de Bustos es profundamente físico y sensorial. Su poesía está poblada de animales (moscas, ballenas, cangrejos), plantas y árboles del Caribe (camajorú, matarratón), y una constante exploración del cuerpo y sus límites.. Para leerlo, hay que activar los sentidos y prestar atención a cómo lo concreto —la textura de una hoja, el peso de una piedra— se convierte en el vehículo para una idea trascendente.

3. La Presencia de lo Sagrado: Lo sagrado es una presencia constante en su obra, pero de una manera muy personal y alejada de dogmas. Sus poemas están habitados por ángeles, demonios y alusiones a Dios, pero siempre desde una perspectiva humana, llena de asombro, duda y, a veces, una sutil ironía.. Bustos explora lo místico no en un cielo lejano, sino en la inmanencia de lo cotidiano, en "el rumor del mundo".


Cada día volvemos a inventar el paraíso

Una nota de Diana Rios sobre la experiencia de aprender con Rómulo Bustos Aguirre.


Con Rómulo Bustos Aguirre, sucede, eso, sucede, todo al tiempo. Es un caleidoscopio precioso, un encuentro hacia lo imaginable siniestro que traspasa en la ironía hacia lo sagrado. Su “arma” el mundo que nos rodea. Máscaras que se pegan al rostro de los seres, indefinidamente, a veces, para siempre.

Después de cinco años tengo oportunidad de reencontrarme con Rómulo Bustos en este taller.

Para los que leemos su poesía y luego lo escuchamos, la experiencia es tanto placentera como alucinante. Es, pues, como entrar en una telaraña inagotable de ausencia ahogada en risas. Hay un deja vu,  constante entre los recuerdos de infancia mezclados con la estética de lo eterno, porque el poeta va inoculando sus obsesiones, está en ese constante tacto de ellas, nunca sobran, así como la infinita e inagotable noche.

 

Cada día la espada fogosa del ángel calcinándonos el alma

Siendo estudiante de Rómulo en el taller de Héctor Rojas Herazo, me encontré envuelta por primera vez conmigo misma pero, también con todo lo que me rodeaba, me absorbía, la sensibilidad que dejó entrar cuando sus palabras ya no eran palabras. Ahora, una piedra era el cielo y podía volar en él, visualizarlo y tocarlo, no sólo eran palabras, eran otras manos, pasaron otros rostros, otras letras, tocamos las pasiones por dónde estaba prohibido en algún momento y aparecieron otras locuras (digo otras, porque ya existían), se extinguió una vida entre nosotros y apreció la consciencia de  la vida y estuvimos en silencio, porque el silencio también puede ser una palabra o una voz, una voz contemplativa, una voz ajena al poema (muchas veces esa palabra suena diferente al lector). Pero siempre el maestro estuvo preparado (o no) con esa duda o verdad que nos obsequia y nos permite en este constante nacimiento de las olas.

 

Antes de entrar al Taller de Pensamiento II lo pensé por un momento, no lo niego, como Sabato, dijo alguna vez, “Siempre es levemente siniestro volver a los lugares que han sido testigos de un instante de perfección". No quería perturbar esa voz, esos recuerdos, porque mis recuerdos son mis obsesiones pero, me detuve con mis miedos y los acaricié cuando recordé la sonrisa pícara de Rómulo y su mano en la barbilla cuando una idea lo obsesiona, entonces fue determinante, me dije: A mí no me da miedo prenderle fuego a mis alas y verme caer una y otra vez por placer. Escuchar a Rómulo es estimulante, es un privilegio aprender de él y lo haré todas las veces que el sol siga saliendo en el horizonte.

 

Cada día

alejamos nuestros pasos

sin saber ni siquiera qué es

                                 lo que se nos niega

En Cartagena como con Rómulo aparece una nostalgia que quiere ser mitigada, hallamos la eternidad delante de nuestros ojos con nuestros sentidos animales, pero siempre estaremos en contacto con el febril primer recuerdo de la añoranza de lo que se nos ha  privado. En la poesía podemos convertirnos en lo que queramos o podemos simplemente dejarnos ir…

Nos quedamos en las reacciones del pasado, las palabras asesinas, los actos fatales, las pasiones ingobernables, el silencio consumado, la nada perpetua, pero al menos en el tiempo

permaneceremos impolutos

casi eternos.


Selección de Poemas de Rómulo Bustos Aguirre

Por Diana Rios


HAY ALGUIEN QUE YO SÉ MORÁNDOME                     

                                                                                                          A J. Arleis

Hay alguien que yo sé morándome 

Arrastra sus alas de ángel sonámbulo 

como quien busca una puerta 

                                                             entre largos corredores 

Triste de sí 

Pulsando inútil las cuerdas más dulces 

                                                             de mi alma 

Quizás me existiera desde siempre 

¿De qué ancho cielo habrá venido 

                                                              este huésped que no conozco?


CADA DÍA VOLVEMOS A INVENTAR EL PARAÍSO

Cada día volvemos a inventar el paraíso 

Cada día la espada fogosa del ángel 

calcinándonos el alma 

Cada día 

alejamos nuestros pasos 

sin saber ni siquiera qué es 

                                                lo que se nos niega


POIESIS

Cada mañana 

con las calladas maneras de la ostra 

reconstruyes con esmero 

                                            tu pequeño dios 


a la medida de tu ignorancia 

a la perfecta altura de tu abismo 


Ínfima o deforme, te dices 

una perla bien puede merecer el esfuerzo


CUENTO

Me pregunto: ¿por qué escribo poesía? 

Y desde algún lugar del misterioso bosque 

(de ese otro cuento que en vano estoy tratando 

                                                  de escribir en este poema) 

responde el lobo 

moviendo socrático la peluda cola: 

-Para conocerte mejor


SUFI

Como un perro que inútilmente 

intenta morder su cola 

giro  en sentido inverso del movimiento 

                                                                         de los astros 

para alcanzar mi sombra 


Solo ella 

puede darme noticias 

de mi luz


PARA WITTGENSTEIN Al rey Ricardo

El silencio no quiere ser dicho 

El silencio de ninguna manera puede ser dicho 

Pero acaso el silencio quisiera ser dicho 

Pero acaso el silencio pudiera ser dicho 

Acaso lo dicho es ya silencio 

O el silencio calla disfrazado en el bullicio 


Acaso el poema: todas las anteriores


OBSERVACIÓN HECHA DESDE EL HEMISFERIO IZQUIERDO DEL CEREBRO

Es probable que Dios no exista 

Esto en realidad carece de importancia 

Más interesante es saber 

que existe el hemisferio derecho del cerebro 

cuya función es soñarlo


POEMA A LA HERMANA MENOR


El cielo estaba a tiro de guijarros

en aquellos días, ¿recuerdas?

Bastaba trazar en surco las alas, los cajones

saltar con cuidado

como subiendo en un solo pie una escalera empinada

cuyo extremo se recostaba en el sueño

El aire se atareaba

de nubes bajas y verdes en aquel juego, ¿recuerdas?

Jaime, Hugo, Deya, Alberto, Anamaría...

¿En qué momento equivocamos el pie

y tropezamos contra los astros ingenuos

que iluminaban aquel juego? Y luego

como si un ser malvado hubiera borrado los surcos

con una rama

sólo han quedado confusos trazos sobre la tierra

las débiles líneas, los fallidos guijarros del poema

Yo tenía muy buen tino, ¿recuerdas?

                                

Créditos: Poemas tomados del libro La pupila incesante: Obra poética (1988 - 2013) del autor Rómulo Bustos Aguirre. Publicado por la Editorial Universitaria de la Universidad de Cartagena en 2013


✨ **¿Cómo leer a Rómulo Bustos?**
fundacioncantemos@gmail.com 3 de agosto de 2025
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